domingo, 13 de marzo de 2011

Nuevos Hallazgos fósiles, Galletas de mar, Mexico


Continúan los hallazgos paleontológicos en el municipio de Ramos Arizpe, ya que ahora los pobladores de un ejido dieron cuenta al INAH de miles de "galletas marinas" que están siendo estudiadas por especialistas de esta institución.

Felisa Aguilar, paleontóloga del INAH, informó que se trata de formaciones del cretácico superior. "Lo que encontramos es parte de la formación de lo que se conoce como Cerro del Pueblo, que se ubica en General Cepeda, pero en Ramos Arizpe también hay porciones de esto con la diferencia de que los sedimentos encontrados son marinos."

Abundó que la fauna marina que existió hace 150 millones de años en territorio coahuilense yace fosilizada en grandes cantidades, se trata de moluscos como ostras, almejas y equinodermos, como las galletas de mar en Ramos Arizpe, que miden dos centímetros.

"Las que estamos encontrando son muy chiquitas, pero vemos perfectamente la estrellita, hemos detectado una loma completa con estas fosilizaciones."

Indicó que los mismos ejidatarios ya habían reportado sitios del pleistoceno, ya se había encontrado otro tipo de fósiles en ese lugar. "Ellos nos informaron que había una loma de rocas con flores y dijeron que la flor se veía muy bien."

Aguilar comentó que al momento de hacer la inspección registraron el sitio ante el INAH y por ahora se dedican a hacer análisis sobre la especie a la que pertenecen estas "galletas" de mar.

Dijo que por el momento no se sabe de un hallazgo similar en Coahuila, mientras que en Puebla, Chihuahua, Sonora y Oaxaca se descubrieron hace unos años equinodermos fósiles a los que se denomina comúnmente galletas de mar.

Los ejemplares hasta ahorita sólo se han identificado a nivel de género, el cual es Hardouinia (clasificación taxonómica: Phylum Echinodermata, Orden Cassiduloida, Familia Faujasiidae), el cual habitó en los mares del Cretácico, principalmente en el rango comprendido del Turoniano al Maastrichtiano (93.5 a 65.5 millones de años).

http://paleontologianoticiosa.blogspot.com/2010/04/nuevos-hallazgos-fosiles-galletas-de.html

Karina Rubio
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Los nuevos hallazgos de cocodrilos prehistóricos



Todos tienen en su mente la típica imagen de un cocodrilo oculto en un río, con sus ojos y nariz asomándose sobre el agua y una piel gruesa protegida por placas dérmicas, además de un hocico alargado con dientes cónicos. Pero los nuevos descubrimientos realizados por los paleontólogos en Brasil, Bolivia y Argentina revelarían que los cocodrilos prehistóricos habrían sido más variados en sus apariencias y ambientes. Los cuatro nuevos cocodrilos corresponden a las especies Yacarerani boliviensis, Adamantinasuchus navae, Armadillosuchus arrudai y Dakosaurus andinienses.

El Yacarerani

El Yacarerani fue descubierto por el paleontólogo argentino Fernando Novas en plena selva de Bolivia, en el Parque Nacional Amboró, a 50 km de Santa Cruz de la Sierra. Este nuevo ejemplar, que vivió hace 80 millones de años, fue bautizado como Yacarerani boliviensis, que en lengua guaraní significa primer yacaré boliviano, aunque la apariencia de este cocodrilo estaba lejos de parecerse al yacaré de nuestros días.

La peculiaridad de este animal no corresponde al lugar donde fue desenterrado... ni a su tamaño, que seguramente no sobrepasaría los 80 cm de longitud, sino a su estructura craneal que era ancha con los ojos en posición lateral, la fosas nasales apuntando hacia el frente y sus dentición única: poseía incisivos que sobresalían de su hocico, y otro grupo de dientes laterales en el resto de su mandíbula parecidos a muelas. Esto implicaría una posible alimentación omnívora, al contrario que los cocodrilos modernos. Sin embargo, esto último queda sólo en el marco de lo especulativo.

El Adamantinasuchus

El Adamantinasuchus navae, como fue nombrado científicamente, es un ejemplar perteneciente a la misma familia del Yacarerani, por ello posee una apariencia muy similar a la de este último. Su descubridor fue el paleontólogo William Navae, quien lo halló en rocas de formación adamantina (de ahí su nombre) durante la construcción de una represa en Marília, a 432 Km de la capital del estado de Sao Paulo, Brasil.

El estudio de los restos fósiles fue encargado a los profesores del Departamento de Geología de la Universidad Federal de Río de Janeiro, Pedro Enrique Nobre e Ismar De Souza Carvalho. Los estudios realizados muestran que este pequeño cocodrilo poseería una estructura craneal muy similar al Yacarerani, con ojos enormes dispuestos a los lados y muelas como las de los mamíferos, por lo que se asume que habría consumido peces, pequeños vertebrados, insectos, plantas y semillas. De hábitos terrestres, este notosuquio de 50 cm habría vivido en lugares cálidos, caracterizados por tener sequías prolongadas, lo que implicaría su extinción con la abertura del océano Atlántico y la humidificación del clima en su hábitat.

El Armadillosuchus

Los mismos profesores del Departamento de Geología de la Universidad Federal de Río de Janeiro, De Souza y Enrique, dieron a conocer uno de los descubrimientos más recientes en la paleontología en el mundo, mediante un artículo publicado en la revista científica Journal of South American Earth Science.

Se trata de un cocodrilo extinto hace más de 90 millones de años, cuyo aspecto le valió el nombre de Armadillosuchus arrudai, pues posee un caparazón en su espalda y cuello que recuerda mucho a un moderno armadillo. Sin embargo, este ejemplar de 2 metros, que habría alcanzado los 120 kg de peso en vida, habría sido único no sólo por su caparazón sino también por tener un cráneo largo acompañado de pequeños dientes especializados.

Descubierto en la región de Baurú, en el interior del estado de Sao Paulo, para De Souza: “el Armadillosuchus mezcla elementos totalmente anómalos para los cocodrilos actuales, lo cual hace difícil incluso aplicar el principio de uniformidad de la geología, que utiliza el presente como llave del pasado.”

El Dakosaurus

Luego de ser motivada por el hallazgo de fragmentos fósiles de lo que parecía ser un cocodrilo marino, una expedición encabezada por la paleontóloga Zulma Gasparini en 1996 dio a conocer un cráneo de lo que más tarde sería el cocodrilo marino más extraño de todos lo conocidos hasta el momento. Esta criatura extinta hace más de 135 millones de años fue el Dakosaurus andinienses.

Descubierto en lo que habría sido durante el Cretácico temprano una bahía tropical y ahora Pampa Tril, en el noroeste de la provincia de Neuquén, Argentina, el Dakosaurus fue poco común para su tipo, puesto que los cocodrilos marinos se caracterizaban por tener hocicos largos y angostos especializados para la pesca, al contrario de este nuevo ejemplar de casi 4 metros de longitud, cuyo cráneo era más ancho y corto, y provisto de trece dientes aserrados de hasta 10 cm, perfectos para la caza de grandes presas.
 
Variados

Todo lo expuesto anteriormente, confirma una vez más la variedad de cocodrilos que hubo en el pasado prehistórico: desde pequeños como el Yacarerani, pasando por armados como el Armadillosuchus y monstruosos como el Dakosaurus.

http://www.suite101.net/content/los-nuevos-hallazgos-de-cocodrilos-prehistoricos-a10699

Karina Rubio
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Importante hallazgo paleontológico

La paleontología es una ciencia poco conocida a nivel popular. Por lo general los asociados al estudio de gigantescos esqueletos de animales desaparecidos hace millones de años, y que hoy los científicos exponen en los museos de Historia Natural. Muchos de nosotros habremos visto en visitas a Museos como el de La Plata o el de Parque Centenario, en Capital Federal, estos majestuosos esqueletos armados y exhibidos en amplias salas, como así también otros especimenes reconstruidos a sus formas primitivas, y que no son extraños a la fauna actual. Algunos comparables en sus formas, como el Equus pampeaus y el Caballo actual, o el elefante y el mastodonte. Todo encierra una interesante historia, digna de nuestros museos y los cultores de esta ciencia.

Al fin de precisar algo más sobre esta apasionante ciencia y las curiosidades que ella guarda en sus entrañas, diremos que la paleontología se ocupa de reconstruir la historia de la vida sobre la tierra, sobre la base de restos fósiles de huesos, esqueletos, trazas, etc. que se hallan en el subsuelo terrestre, a la espera de ser sacadas a la luz en algún descubrimiento paleontológico.

Los fósiles son los documentos con los cuales el paleontólogo estudia y reconstruye el pasado, y que se hallan sepultados en ese archivo natural que es la corteza terrestre. Los mismos pueden ser de origen animal o vegetal. De estos últimos conocemos los bosques petrificados y organismos botánicos, como polen esporas, etc.; prueba de antiquísima flora.

La paleontología está, pues, relacionada con la biología y la geología; pues de ellas estudia el científico las características fisiológicas y morfológicas de los organismos que vivieron en el pasado, como así las relaciones con el medio ambiente en que habitaron y las leyes de evolución que rigieron su existencia, desarrollo y extinción.

Esta ciencia, como tal, tuvo su origen en el siglo XIX, pues se considera al zoólogo francés Georges Cuvier como el padre de la paleontología moderna, mientras que otro sabio no menos conocido, el naturalistas Charles Darwin, revolucionó al mundo en 1859 con su teoría de la evolución. En nuestro país tuvimos una eminente figura que descolló internacionalmente en este campo, y que fue el recordado sabio Florentino Ameghino, de quien el pasado 6 de agosto se cumplieron 70 años de su fallecimiento.

La obra de Ameghino fue monumental, tanto en su amplitud -179 trabajos escritos- como en su aporte al conocimiento de las faunas de mamíferos fósiles de las eras Terciaria y Cuaternaria en la Argentina.

La ciudad de Necochea tuvo el honor de recibir a este sabio argentino, en una visita que esté hizo en abril de 1909, efectuando en esa oportunidad un importante descubrimiento para la ciencia Argentina. Dicho hallazgo fue realizado en las inmediaciones del balneario, donde actualmente confluyen las calles 79 y 4 de la Villa Díaz Vélez; y consistió en el descubrimiento de un cráneo humano fósil, que Ameghino llevó a Buenos Aires para estudiar y completar su teoría sobre el hombre. Hoy día puede apreciarse dicho cráneo en las vitrinas del Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia", como fiel testimonio de la historia, justamente con escritos sobre el particular, que ilustran sobre la presencia del sabio Ameghino en Necochea.

En ese entonces residía en esta ciudad un médico y naturalista, amigo y compañero de innumerables búsquedas de fósiles del sabio Ameghino, el Dr. Rodolfo Faggioli. A su directa intervención y amistad que unía a ambos, se debió la visita del genial paleontólogo argentino que hiciera a esta ciudad con el objeto de dar con el paradero de interesantes elementos fósiles que descubrió en aquel momento; como asimismo a fin de examinar la rica y valiosa colección que el Dr. Faggioli poseía en su domicilio, producto de sus intensas búsquedas en nuestro litoral atlántico y en el río Quequén Grande.

Como testimonios de gratitud y a fin de perdurar en el recuerdo, de estos dos grandes cultores de la paleontología, la ciudad de Necochea a través de sus instituciones, pueblo y Municipalidad- impuso en su momento el nombre de Florentino Ameghino a la calle- pasaje 81 bis, y el Dr. Rodolfo Faggioli, a la actual calle 8, ambas de la zona balnearia.

De la colecciones que reuniera el Dr. Faggioli, a su fallecimiento, muchas fueron vendidas, mientras que otras lograron conservarse en la ciudad, nuevamente gracias a la intervención de sus habitantes, sus instituciones y su Comuna. Hoy se hallan en dependencias del Museo de Ciencias Naturales de Necochea, Institución nacida en un grupo de jóvenes estudiantes que decidieron proseguir aquella obra dejada por sus mayores, de desentrañar las incógnitas de nuestro pasado prehistórico. En este año en que la ciudad de Necochea cumple su primer centenario, en oportunidad para que nuevamente sus pobladores perpetúen la continuidad de una interesante actividad científica en pro del desarrollo cultural de una gran Nación.


http://www.telpin.com.ar/InternetEducativa/Proyectos/2006/HISTORIASPAGO/hallazgos.htm

Karina Rubio
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Paleonteologia en Argentina
 
 Los fósiles son testimonios del pasado. Denotan la existencia de organismos en otras épocas geológicas y están presentes en distintos niveles de las capas terrestres.

El proceso de fosilización, que ocurre a lo largo de varios millones de años, consiste básicamente en el reemplazo de los componentes de los restos de un organismo por minerales. De esta manera, los fósiles tienen la misma forma que el organismo o hueso original pero ya no están hechos del mismo material que antes. Son más pesados y cambian de color y de textura. La mayoría de los fósiles son muy parecidos a las rocas, pero hay algunos más exóticos, como los ópalos o el ámbar.

A veces, los fósiles no son restos sino evidencias de la actividad de los seres vivos, como madrigueras, pisadas, rastros o perforaciones.

Algunos hallazgos fósiles han ocurrido por casualidad. Pero, dado que la mayoría de los fósiles generalmente se encuentran enterrados, puede resultar difícil decidir dónde excavar.

En Argentina se han encontrado gran cantidad de fósiles. Esta tierra, que se encuentra entre los mayores centros paleontológicos del mundo, parece ser un verdadero parque del cretáceo, no sólo de animales terrestres, sino también de especies marinas que, según se estima, dominaron las aguas de la región hace 80 millones de años.

De acuerdo a Carolini, descubridor del Gigantosaurius Carolinii en 1993, hace millones de años una lengua del océano ingresó al centro de Río Negro, produciendo la llegada de dinosaurios marinos a esta zona, que se convirtió en un extraordinario cementerio de especies. Todo esto se vio favorecido por el clima muy cálido y húmedo de ese entonces.

Sin embargo, este gran tesoro paleontológico era desconocido hasta hace un par de décadas dado que el país no contaba con suficientes recursos humanos para la exploración.

Hoy en día, la ley Nacional Nº 9080 establece que los fósiles son parte de nuestra riqueza y Patrimonio Natural de la Humanidad.


http://www.welcomeargentina.com/paleontologia/fosil.html

Karina Rubio
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Las mandíbulas que dominaron Europa

 
La hiena gigante de Orce llevaba en la boca uno de los mejores inventos de la evolución y sabía cómo usarlo. Las mandíbulas de este animal, del tamaño de una leona actual, eran las más potentes que ha tenido nunca un mamífero carnívoro, según indica un nuevo estudio basado en fósiles desenterrados en Granada. Con ellas era capaz de robarle la presa a un tigre dientes de sable y matar de hambre a los homínidos, con los que competía por carroña y, sobre todo, por el nutritivo tuétano del interior de los huesos.

Aquellas mandíbulas "tenían diez veces más fuerza que las de las hienas actuales y podían reventar los huesos de un elefante de 10 toneladas", explica Paul Palmqvist, catedrático de paleontología de la Universidad de Málaga y coautor de un nuevo estudio sobre este carnívoro sin par al que los expertos conocen como Pachycrocuta brevirostris.

Los nuevos datos provienen de Venta Micena, parte de los yacimientos granadinos de Orce. La zona es una mina de fósiles única en Europa donde se han desenterrado cráneos, mandíbulas y otros huesos de hasta 14 hienas gigantes. Aunque se trata de una de las colecciones más ricas de Europa, son sólo migajas comparado con los 17.000 fósiles de grandes mamíferos que han salido de los barrancos de Orce. Muchos de estos huesos son testimonio de los festines de la reina de la carroña.

"Lo que encontramos son los basureros que dejaron en sus antiguos comederos", explica Bienvenido Martínez-Navarro, investigador del Instituto de Paleontología IPHES y coautor del nuevo estudio, publicado en la versión digital de Quaternary International.

Aquellos osarios de hace 1,5 millones de años han servido para reconstruir al detalle la anatomía de la hiena gigante y llegar a la conclusión de que estos animales eran exclusivamente carroñeros y estaban construidos físicamente para ello, algo que aún no convence a todos los expertos.

La hiena gigante habitó una Granada muy diferente a la actual. Los barrancos pelados de Orce eran entonces una zona de charcas cercanas al lago de Baza, de unos 50 kilómetros de largo. "Lo más parecido que existe actualmente son las Tablas de Daimiel", explica Martínez-Navarro.

Allí se vivía como en un documental sobre África. Había enormes hipopótamos paticortos, elefantes, rinocerontes, búfalos y bisontes. Escondidos entre la maleza acechaban los antecesores del jaguar, dos especies de dientes de sable, además de los ancestros del amenazado oso pardo. Vigilando cerca de los abrevaderos, también estaba la hiena granadina esperando su oportunidad.

El estudio, "el más completo que se ha realizado hasta la fecha sobre la hiena gigante", según Martínez-Navarro, estima que el animal pesaba 110 kilos. Pero, a pesar de su potencia, no había nacido para cazar, según el trabajo. "Era paticorta, con extremidades muy robustas que eran útiles para descuartizar, pero no para correr", señala Martínez-Navarro. Por eso la brevirostris era "la supercarroñera", como la denomina el experto.

Durante décadas, los expertos han debatido sobre el comportamiento de esta hiena, cuyo predio se extendía desde China hasta España. Muchos trabajos mantienen que el negocio de este animal era exclusivamente la carroña. Otros apuntan que un cuerpo tan poderoso y temible debía servir también para cazar, como hacen hoy las hienas manchadas de África, que aún tienen el mordisco más potente de la sabana pero pesan 45 kilos.

Cuando alguno de los grandes carnívoros que acechaban las manadas abatía una presa, la hiena se ponía en movimiento. En ocasiones devoraba lo que dejaban los licaones o los tigres, que no podían masticar huesos. En otras había pelea. "Con su tamaño eran capaces de arrebatar las presas a cualquier depredador, incluso un dientes de sable de 200 kilos", señala Martínez-Navarro. Al contrario que los felinos, se piensa que las hienas gigantes actuaban en grupo, lo que aumentaba su efectividad.

"Era el competidor directo de los homínidos; si accedían a un cadáver dejaban muy poco para los demás", explica Juan Manuel Jiménez-Arenas, arqueólogo de la Universidad de Granada y coautor del estudio. Ambos perseguían el gran aporte nutritivo del tuétano y los sesos.

Las marcas en los restos de las presas muestran que las hienas se llevaban los huesos largos de las patas a sus cubiles para allí reventarlos a placer. Por otro lado, la excepcional potencia de sus mandíbulas, sin igual entre felinos y cánidos, hace pensar a los autores que este animal se había especializado por completo en consumir carroña.

"Su cuerpo sí estaba hecho para cazar y nosotros pensamos que este animal era algo más cazador de lo que señala el estudio", explica el científico de la Universidad de Liverpool (Reino Unido) Alan Turner, adalid, junto al paleoartista y paleontólogo español Mauricio Antón, de que la hiena brevirostris también era cazadora. "El hecho de que demuestren cómo carroñeaba no quiere decir que no abatiese las presas por sí misma", incide Antón, que ya prepara un estudio para desdecir al equipo de Orce.

Muerta por ladrona

Hace 800.000 años, el clima y el oportunismo acabaron con la hiena gigante. Las temperaturas se hicieron tan frías que la mayoría de los grandes mamíferos se extinguieron. Entre ellos estaban las dos especies de dientes de sable de las que la hiena solía robar gran parte de su dieta, lo que le llevó a la desaparición, según el estudio de Orce. En su lugar llegarían las crocutas, las hienas actuales, que eran "generalistas" capaces de cazar y carroñear, lo que les granjeó la supervivencia. En Europa se quedaron "hasta hace cuatro días", como lo expresa Martínez-Navarro. "Habitaron en nuestro continente hasta hace unos 8.000 años", señala. "Fue entonces cuando el hombre comenzó a cultivar la tierra y a echar a cualquier carnívoro que le entorpeciera", concluye el experto.


http://www.publico.es/ciencias/365538/las-mandibulas-que-dominaron-europa

Karina Rubio
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 ¿Qué es un dinosaurio?




Sin duda no es cualquier animal prehistórico con nombre científico difícil, ni siquiera todos los terminados en saurus. Los reptiles marinos, los pterodáctilos y los mamuts no son dinosaurios, son sólo otros animales grandes extintos.

El problema es que estos dos grupos tienen muchas características comunes pero también muchas diferencias. Se llama dinosaurios a los dos grupos, pero nunca se descubrió un ancestro común a estos dos grupos todavía, que no lo fuese también de los pterosaurios y de los cocodrilos actuales también. Esos antepasados comunes a estos cuatro grupos son los arcosaurios.

Pero veamos las características principales que diferencian a los dinosaurios. Una de ellas son las “ventanas” que tienen a ambos lados del cráneo, que en casos extremos hace que un cráneo esté compuesto por delgadas líneas de hueso. Por lo general hay cuatro de estas grandes aberturas a cada lado.

La más grande de estas ventanas es la órbita, o sea donde van los ojos. Detrás de esas hay dos aberturas temporales una encima de la otra, que servían para hacer espacio a los músculos cuando se contraían y seguramente también para aligerar el peso del cráneo. Y delante de las órbitas hay una abertura que se cree albergaba una glándula.



Pero no sólo la forma del cráneo caracteriza a los dinosaurios, sino que también la forma del resto de su esqueleto. Como pro ejemplo que la mayoría de los dinosaurios tenían las extremidades anteriores (brazos) más cortas que las posteriores, incluso a veces podían servir para agarrar objetos. La cola era siempre grande y pesada.

Pero una de las características más definitorias de los dinosaurios, y que está presente en todos ellos, es que sus extremidades eran erectas, parecidas a las de los mamíferos. ¿Qué es esto? Que las piernas o brazos, no salen del costado del cuerpo como en la mayoría de los reptiles, sino que lo hacen desde abajo, manteniéndolo apartado del suelo.

Así estos miembros se mueven de forma vertical, y no de forma horizontal como en los anfibios y la mayoría de los reptiles. En estos los codos se proyectan hacia los costados, mientras en en los dinosaurios y en los mamíferos los codos de las patas delanteras se proyectan hacia atrás y en las traseras las rodillas apuntan hacia adelante.

Los dinosaurios fueron los únicos arcosaurios que tuvieron esta postura mejorada o erguida.

Los dinosaurios vivieron sobre la Tierra por un período de 140 millones de años, desde hace unos 200 millones de años hasta hace 65 millones de años, y luego se extinguieron todos.


http://fanaticussaurus.blogspot.com/2009/05/dinosaurios-todo-lo-que-usted-quiso.html

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Tipos de dinosaurios carnívoros




Los dinosaurios son quizás los animales más sorprendentes que han pisado la tierra. A lo largo de la historia se han ido descubriendo restos de dinosaurios que fueron ampliando el conocimiento, y muchas teorías son formuladas acerca de los dinosaurios gracias a lo que hoy en día podemos saber con bastante precisión y veracidad todo acerca de estos increíbles animales.

Hoy hablaremos de los distintos tipos de dinosaurios carnívoros que se agrupan dentro de los terópodos; esta clasificación de dinosaurios fue creada para incluir a todos los dinosaurios carnívoros.


La gran mayoría de los dinosaurios carnívoros tenían patas delgadas con afiladas garras, que les permitían moverse velozmente. Mucho más rápido que los dinosaurios herbívoros que cazaban. Sus miembros delanteros eran muy cortos, el torso compacto, cola larga, cuello flexible y tenían los ojos muy grandes.

Los primeros dinosaurios carnívoros surgieron durante el periodo triásico, alrededor de 225 millones de años atrás. Eran mucho más pequeños y primitivos que los terópodos mas conocidos que aparecieron mucho después como el Tyrannosaurus rex.

Durante este periodo tenemos al Eoraptor, uno de los dinosaurios conocidos más antiguos. Medía tan sólo 1 metro de longitud y se movía con rapidez. El Coelophyisis aparece unos 5 millones de años después. Tenía una constitución física ideal optimizada para correr y moverse con agilidad. Se cree que vivían y cazaban en grupo.

Los dinosaurios carnívoros de mayor tamaño comenzaron a surgir durante el periodo jurásico, pero los más grandes y temibles aparecieron durante el siguiente periodo, el Cretácico. Estos últimos terópodos eran poderosos animales, dotados con dientes afilados como cuchillos y garras capazas de arañar y romper la más gruesa de las pieles.

Estos dinosaurios carnívoros gigantes representan los animales cazadores mas formidables en la era de los dinosaurios, y de todos los tiempos: El Dilophosaurus, Allosaurus, Gigantosaurus, Megalosaurus, Ceratosaurus y quizás el animal más poderoso y temible que habitó la tierra, el Tyrannosaurus rex.


http://www.ojocientifico.com/2011/03/07/tipos-de-dinosaurios-carnivoros/

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viernes, 11 de marzo de 2011

Adolescencia sin plumas para dinosaurios emplumados.



Un interesantísimo descubrimiento llevado a cabo por Xing Xu, paleoantropólogo del Institute of Vertebrate Paleontology and Paleoanthropology en Beijing aporta información valiosa respecto a los dinosaurios emplumados, concretamente respecto a un período del cual se sabe muy poco y que sirve para conocer el ciclo de vida de estos animales: su adolescencia.

Según Xing Xu los dinosaurios emplumados adquirían su aspecto tapizado de plumaje ya de maduros, pues durante su adolescencia las plumas eran más bien pocas y no alcanzaban a cubrir partes enteras de sus cuerpos.

Xu analizó los fósiles del Similicaudipteryx, una criatura emplumada que vivió en lo que hoy es China hace 125 millones de años. El paleoantropólogo estudió dos especímenes de esta especie que atravesaban la adolescencia, algo que se puede percibir porque las vértebras no están totalmente fusionadas, algo típico de especímenes no maduros.



El cuerpo del más pequeño tiene plumas en sus extremidades, pero no cerca de su cuerpo. Esto evidencia una transición en el crecimiento del animal, con una adolescencia en la que su organismo aún no estaba preparado para desarrollar plumas, seguramente por patrones de actividad genética.

La fotografía de arriba ilustra bien el descubrimiento de Xu, y en ella vemos la comparación de un Similicaudipteryx adolescente con uno adulto, y se puede apreciar la clara diferencia en su plumaje.



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Descubren las huellas de un ancestro gigante del escorpión.


Los escorpiones son pequeños, y aunque poderosamente venenosos algunos, son más bien inofensivos ante nuestra complexión física. Sin embargo, hojeando enciclopedias de paleontología nos encontraremos con un antiguo escorpión que escapa a la regla. Habitaba en el agua, tenía dos metros de largo y un metro de ancho y se llamaba Hibbertopterus.

Este animal vivió hace 330 millones de años atrás y tenía seis piernas. Su envergadura era considerable, y se sabe que estaba asociado al medio acuático. No obstante, un reciente descubrimiento realizado por el Dr Martin Whyte de la Universidad de Sheffield pone en duda la naturaleza del hábitat de estos animales.

Whyte caminaba cuando vio una roca muy peculiar con un rastro marcado sobre ella que despertó la curiosidad del paleontólogo. Analizándolas se dio cuenta que eran de un Hibbertopterus que las dejó hace más de 300 millones de años en esa roca. Las vemos arriba, y claramente puede apreciarse una línea en el medio que fue dejada por la cola del animal, mientras que el trayecto de las patas se encuentra a ambos lados de la cola.




La roca está en un precario estado de conservación debido a que fue expuesta a condiciones ambientales durante mucho tiempo. De hecho, está en peligro de derrumbe en su totalidad. Por ello Scottish Natural Heritage (institución que financia el proyecto) planea realizar un molde de silicona de la roca y exhibirlo en museos para preservar el hallazgo.

La importancia de este descubrimiento es relativa al medio de vida de esta especie. Se cree que el Hibbertopterus pasaba casi la totalidad de su tiempo en el agua, pero este descubrimiento demuestra que la tierra también formaba parte de su medio.


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Mojoceratops, el dinosaurio con cráneo en forma de corazón



 El paleontólogo Nicholas Longrich descubrió una nueva especie de dinosaurio con el cráneo en forma de corazón al que ha bautizado como Mojoceratops.

Este herbívoro del tamaño de un hipopótamo apareció hace unos 75 millones de años, durante el Cretácico Tardío, y 10 millones de años antes que su primo más popular, el Triceratops.

La especie sólo se ha localizado en las provincias canadienses de Alberta y Saskatchewan, y tuvo una corta historia, existiendo tan sólo durante un millón de años aproximadamente.

La estructura de la parte superior del cráneo del Mojoceratops es la más extraña de todas las pertenecientes a las especies relacionadas.

Nicholas Longrich es conocido además por haber descubierto el dinosaurio más pequeño de norteamérica.

El paleontólogo obtuvo el primer indicio de que había hallado una nueva especie en 2008 mientras estudiaba la colección de fósiles de dinosaurios del Museo Americano de Historia Natural, en Nueva York.

Cuando estudió la parte frontal del cráneo, notó algunas diferencias con respecto a otras especies relacionadas, incluyendo cuernos más largos de lo habitual.

El nuevo dinosaurio es uno de entre poco más de una docena de especies pertenecientes a una familia de ceratópsidos caracterizados por un cráneo rematado por estructuras muy complejas y de apariencia un tanto extravagante.

miércoles, 12 de enero de 2011

Desierto de Gobi

En el corazón de Asia, entre Mongolia y China, se extiende el Gran Desierto de Gobi (Gobi en mongol significa ‘desierto’), y, como buen desierto, no es un lugar en el que gustaría quedarte… ¿encerrado?

 

Ocupando un 30% de la superficie del país, el Desierto de Gobi es una extensión de tierra enorme, de los desiertos más grandes del planeta. Ocupa el sexto lugar en los desiertos del mundo por extensión, detrás del desierto arábigo, el líbico, el australiano (este ocupa casi toda la isla), el sáhara y el más grande, el antártico.

Sus temperaturas son dignas de no querer pasar por ahí mucho tiempo, ya que en verano se pueden alcanzar fácilmente los 38º, mientras que en invierno se le da la vuelta al termómetro hasta alcanzar los -40ºC. Sin embargo, el desierto de Gobi es de un interés especial para los historiadores y arqueólogos, sobre todo desde que Marco Polo fuera el primer europeo en estudiarlo en el siglo XIII. En este desierto se han encontrado numerosos fósiles, incluyendo los primeros huevos de dinosaurio descubiertos.

Este descubrimiento comenzó en 1920, cuando unos paleontólogos viajaban en caravana por el desierto y quedaron atascados en la arena. Tuvieron que hacer noche allí, pero ningunó se quejó cuando descubrieron un enorme yacimiento. Se recogieron numerosos cráneos de lagartos y despues afloraron esqueletos de dinosaurios (como los proceratops).

Esto se mantuvo así en buena parte porque los desiertos tienen buenas condiciones para la fosilización, ya que cuando un animal muere su cuerpo es rápidamente tapado por la arena, momificado, evitando la descomposición de la materia.

http://espaciociencia.com/desierto-de-gobi/

Karina Rubio
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Descubren plumas fosilizadas con evidencias de color

Estamos acostumbrados a conocer a los dinosaurios de dos formas: mediante fotos de sus huesos y con las ilustraciones de los artistas. A veces estos últimos vuelan mucho en su imaginación, pero ahora podrán tener más pistas a la hora de elegir los colores de los dinos, ya que arqueólogos han descubierto residuos de pigmentos en plumas fosilizadas.

Es realmente un descubrimiento muy importante en el mundo de la paleontología, ya que el pigmento es el responsable del los coloridos plumajes de las aves.

En los últimos años, los paleontólogos han descubierto plumas fosilizadas en unas 50 formaciones rocosas datadas en fechas que van desde los 200 a los 65 millones de años, cuando desaparecieron los dinosaurios, si bien también se han descubierto plumas fosilizadas de hace 2 millones de años. Incluso el increíble descubrimiento de plumas en ámbar.

Estas plumas están preservadas como residuos de carbono que previamente se pensó que eran rastros de bacterias. Pero un nuevo estudio, publicado en Biology Letters, descubrió que estas marcas orgánicas microscópicas eran en realidad malanosomas fosilizados, o sea un orgánulo que contiene melanina, el pigmento absorbente de luz más común en el reino animal.

La melanina es lo que determina por ejemplo nuestro color de pelo, de ojos e incluso el color de la piel. También es lo que da a las plumas de los pájaros esos hermosos y variados colores.
 
 

Las plumas en cuestión, fueron descubiertas y analizadas por Jakob Vinther y sus ayudantes de la Universidad de Yale. Descubiertas en una roca con una antigüedad de 100 millones de años en Brasil. Las bandas oscuras de las plumas soportaban los residuos de carbono, y tenían una forma, tamaño y orientación similar a las plumas negras del Tordo Sargento (Agelaius phoeniceus). Las bandas ligeras en las plumas no muestran carbono, sólo la superficie rocosa, indicando que las plumas tenían un patrón de eumelanina negro y blanco.

Otro fósil de ave de hace 55 millones de años, descubierto en Dinamarca, muestra trazas similares en las plumas que rodean el cráneo. Incluso este fósil tiene una impresión de lo que fue su ojo, lo que muestra estructuras similares a las de los melanosomas en los ojos de las aves modernas.

Descubrir estos productores de pigmentos antiguos “demuestra que la melanina puede resistir el paso de millones de años”, dijo Vinther. Según el autor las plumas fósiles de dinosaurios también podrían preservar melanosomas, así como las pieles fósiles tanto de dinosaurios como de antiguos mamíferos.

http://espaciociencia.com/descubren-plumas-fosilizadas-con-evidencias-de-color/

Karina Rubio
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Hallan un Eslabón Perdido en el Origen de Focas, Morsas y Leones Marinos

 
El eslabón perdido que Charles Darwin aventuró que había existido entre las foca, las morsas y los leones marinos ya ha aparecido. Se trata del 'Puijila darwini', una especie del Mioceno temprano, hace entre 20 y 24 millones de años, que pudo ser el antepasado de todos los pinnípedos.

Los fósiles de un esqueleto casi completo de esta nueva especie fueron localizados en una excavaciones realizadas en 2007 en lo que fue un lago de un cráter creado por el impacto de un meteorito, en la costa de la isla canadiense de Devon.

Al año siguiente se continuaron los trabajos y apareció la base del cráneo del animal, una estructura muy importante para determinar sus relaciones con otras especies. En total, se encontró cerca del 65% de los huesos del 'Puijila darwini'.

Del análisis de los restos, publicado esta semana en la revista 'Nature' se desprende que fue un mamífero carnívoro cuyo cuerpo tenía el aspecto del de una nutria, pero su cabeza era más similar a la de las focas. Sus patas eran como las de los mamíferos terrestres, si bien tenía los pies reticulados, adaptados para la natación.

"Es la primera evidencia fósil de que los pinnípedos primitivos vivieron en el Ártico. Este hallazgo apoya la hipótesis de que esta zona pudo ser el cnetro geográfico en la evolución de estas especies", ha señalado la paleontóloga Natalia Rybczynski, del Museo de Historia Natural de Canadá, que ha liderado este trabajo junto con Mary Dawson, del Museo de Historia Natural de Carnegie.

'Puijila' significa mamífero joven en el lenguaje de los inuit (el inuktitut), mientras que el apellido 'darwini' se le puso en honor de Darwin, que ya en el siglo XIX predijo que tenía que haber habido una transición de la tierra al agua de los animales semiacuáticos, como las focas o los leones marinos en su obra 'El origen de las especies".

"Un animal terrestre totalmente que de vez en cuando buscara alimento debajo del agua, en corrientes y lagos, pudo acabar convirtiéndose en un animal tan acuático que podía nadar en el océano abierto", aventuraba el biólogo hace 150 años. Y así fue, según los fósiles del 'P. darwini'. "El esqueleto que hemos encontrado tenía miembros pesados, que indica músculos bien desarrollados, y falanges aplanadas, que sugieren que sus pies tenían retícula. También poseía. una larga cola. Todo ello nos dice que podía caminar por tierra y nadar. Es la evidencia evoutiva que hemos buscado durante mucho tiempo", reconoce Mary Dawson.
Origen en agua dulce

El lago donde se encontraron, según las evidencias paleobotánicas, tenía entonces un ambiente templado y costero, similar al que hay en New Jersey en la actualidad. Se supone que lo lagos de agua dulce se congelarían en invierno, por lo que el ancestro de las focas y las morsas debía viajar hasta el mar para buscar comida. En otras palabras, tuvieron que pasar un periodo de transición desde las aguas dulces a las saladas.

En el mismo lugar también se encontraron fósiles de peces de agua dulce, de un pájaro y de cuatro mamíferos: una musaraña, un conejo, un rinoceronte y un pequeño herbívoro de piernas cortas, antepasado de las jirafas y de los ciervos.


http://www.elmundo.es/elmundo/2009/04/22/ciencia/1240416572.html

Karina Rubio
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La Rata Más Grande Que Ha Existido

En una investigación arqueológica en Timor Oriental, han sido desenterrados los huesos de la rata más grande que haya existido. Se calcula que el animal pesaba en vida unos 6 kilogramos. Difícilmente habría podido ser cazado por un gato actual, y de hecho habría puesto en apuros a muchos de estos felinos domésticos.

Las excavaciones en la caverna también sacaron a la luz los restos de un total de 13 especies de roedores, 11 de las cuales son nuevas para la ciencia. Ocho de las ratas pesaban un kilogramo o más.

“El Este de Indonesia es un punto caliente de la evolución de los roedores. Queremos que se preste atención internacional a los esfuerzos de conservación en esta zona”

Los roedores acogen hasta el 40 por ciento de la biodiversidad mamífera mundial, son un elemento clave en muchos ecosistemas, y resultan importantes para procesos como el mantenimiento de los suelos y la diseminación de semillas. "Mantener la biodiversidad de las ratas es tan importante como proteger las ballenas o las aves”, asevera Aplin.

La datación mediante carbono-14 muestra que la rata más grande de cuantas han existido sobrevivió hasta hace mil o dos mil años, junto con la mayoría de los otros roedores de Timor descubiertos durante las excavaciones. Sólo una de las especies más pequeñas encontradas sigue existiendo actualmente en Timor.

La isla de Timor está poblada por humanos desde hace unos 40.000 años, y ha sido común para la población autóctona cazar y comer ratas. Sin embargo, las extinciones de esas especies se produjeron en una época reciente en términos de historia natural.

Los investigadores creen que esto demuestra que la población humana de Timor vivía de manera sostenible en la isla, hasta hace unos mil o dos mil años. Los milenios previos de coexistencia entre humanos y esta fuente de comida implica que las extinciones de especies no son inevitables cuando una isla es colonizada por humanos. La tala a gran escala de árboles y demás vegetación con el fin de obtener tierras utilizables para la agricultura parece ser la causa más probable de esas extinciones. Y la magnitud de esa tala sólo pudo ser posible tras la introducción en la isla de herramientas de metal.

Cada una de las islas del sector oriental de Indonesia fue escenario de una evolución separada de roedores, lo que desembocó en colecciones de ratas exclusivas de cada isla. Aplin ha descubierto también 6 nuevas especies de rata en una cueva de la isla de Flores. Algunas de ellas quizá todavía existan en la isla, sin haber sido detectadas o identificadas como especies distintas a las conocidas.

http://www.amazings.com/ciencia/noticias/110810d.html

Karina Rubio
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Los dinosaurios no se murieron de frío

El tema de la extinción de los dinosaurios es uno de los debates más acalorados de la ciencia, ya que no se sabe con certeza por qué se extinguieron. Sí sabemos que hace 65 millones de años ya no había ni un dinosaurio sobre nuestro planeta. Algunos dicen que los mató un super asteroide, otros que se murieron de frío, y muchas otras teorías. Pero lo cierto es que los dinosaurios se adaptaban bastante bien a los cambios en el clima, ya que está comprobado que muchos de ellos eran de sangre caliente.

Paleontólogos belgas han estado estudiando a los dinosaurios que vivían en lo que hoy es el Ártico. Y descubrieron con sorpresa que eran muy buenos soportando temperaturas casi al borde de la congelación. Creen que justamente eran dinosaurios con sangre caliente.

El último hallazgo del equipo belga es un grupo de dinosaurios ubicados en un estrato unos millones de años antes del gran impacto que se cree que acabó con ellos. El yacimiento está ubicado en el río Kakanaut, al noreste de Rusia.

En tiempos de estos dinosaurios, esa región no estaba en la misma posición que en la actualidad, ya que los continentes no permanecen quietos, sino que a lo largo de millones de años se van movilizando. Igualmente por aquellos tiempos estaban por sobre los 70 grados de latitud norte, o sea bien dentro del Círculo Polar Ártico.

Y no se trataba de dinosaurios perdidos que murieron de frío. En el yacimiento hay individuos de diferentes edades, incluyendo huevos y evidencias de una población establecida.

Si bien en aquellos tiempos era una región más cálida que en la actualidad, no era precisamente una playa del Caribe. Junto con los dinosaurios, también se descubrieron muestras de la vegetación de ese período, lo que ha permitido a los paleontólogos saber que las temperaturas eran bajas, una temperatura anual de unos 10 grados centígrados.

http://espaciociencia.com/los-dinosaurios-no-se-murieron-de-fro/

Karina Rubio
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Pruebas de seres unicelulares de hace 1800 millones de años

En el año 2000 se descubrieron en el fondo del mar de Arabia, a una profundidad de unos 1200 metros, unas criaturas de lo más extrañas. Las Gromias, amebas esféricas que tenían un tamaño de entre 5 y 38 milímetros de diámetro. Dejaban rastros en el suelo marino, que aportaron pistas sobre el mundo de hace 1800 millones de años.

Ahora, científicos de la Universidad de Texas, han descubierto gromias en del tamaño de uvas en el suelo marino de las Bahamas.

Estas criaturas son protozoos gigantes, que están formados por una única célula, o sea son lo que se conoce como seres unicelulares. Estos están protegidos por una caparazón orgánica o testa. Cuando se la limpia de sedimentos, la testa de las gromias se siente como la piel de una uva. Según los científicos.

Lo que sorprendió más a los autores del descubrimiento en Bahamas, fue que el rastro dejado por las gromias era muy similar a surcos descubiertos en rocas sedimentarias datadas en 1800 millones de años. 


Esos antiguos surcos eran la única evidencia de que los gusanos, seres multicelulares, habían evolucionado temprano en la historia del planeta.

Pero los científicos texanos, opinan que tal vez esos surcos tan antiguos hayan sido marcados por gromias. Lo que haría retrasar muchos millones de años la aparición de seres multicelulares. Las siguientes pruebas de este tipo de criaturas son fósiles de 580 millones de años.

http://espaciociencia.com/pruebas-de-seres-unicelulares-de-hace-1800-millones-de-aos/

Karina Rubio
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Los ancestros de los elefantes vivían casi siempre en el agua

La típica imagen del elefante lo muestra en manada, en alguna región árida de África, entre algunos arbolitos secos, tal vez. Sólo de vez en cuando cerca de una charca. Pero un nuevo estudio los acerca más al agua, ya que dice que los antepasados de los elefantes solían vivir parcialmente en el agua.

Los Moeritherium, antiguos ancestros de los elefantes que vivieron hace unos 40 millones de años, pasaban casi todo su tiempo en las aguas de ríos o pantanos, según un estudio realizado por científicos de la Universidad de Oxford.


Los paleontólogos sabían que los elefantes modernos están emparentados con criaturas acuáticas modernas como los manatíes, pero no habían identificado antes un antiguo pariente del elefante que viviese en el agua. Ahora han podido encontrar el vínculo evolutivo.

“Creo que es la primera evidencia de que hay un linaje semi acuático que lleva a los elefantes”, le dijo a LiveScience Alexander Liu, miembro del equipo investigador. “Es algo que la gente se esperaba pero no se podía mostrar realmente”.

Los Moeritherium tenían cuerpos largos, ojos pequeños ubicados en la parte alta de sus narices, y tenían lo que podría ser los comienzos de la trompa característica de los elefantes.

Liu, junto con Erik Seiffert, de la Universidad de Stony Brook, y Elwyn Simons, de la Universidad Duke, analizaron el esmalte dental de Moeritherium que vivieron en el eoceno, hace más de 37 millones de años. Al medir las marcas químicas en el esmalte, los investigadores pudieron darse cuenta de lo que comían estos animales y si la comida provenía primariamente de tierra o del agua.

“Descubrimos que su dieta era muy similar a la de animales totalmente acuáticos”, dijo Liu. “Pero sabemos que no podían ser totalmente acuáticos, ya que los huesos que tenemos muestran que deben haber caminado en tierra, colocando peso sobre sus pies”. Y tenían bastante peso, unos 225 a 350 kilogramos.

Los fósiles de Moeritherium fueron descubiertos en Egipto, que para aquellos tiempos debió ser una zona de bosque tropical. Los investigadores creen que debe haber tenido una vida similar a la de los actuales hipopótamos, que pasan gran parte de sus vidas en ríos y pantanos.

http://espaciociencia.com/los-ancestros-de-los-elefantes-vivian-casi-siempre-en-el-agua/

Karina Rubio
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Los combustibles que usamos hoy en día para generar energía no son infinitos ni provienen de una fuente mágica. Como sabemos, no son fuentes renovables, sino el producto de millones de años de evolución química y geológica.


Los combustibles son fósiles, restos vegetales o animales de vidas pasadas. El carbón, el petróleo, y el gas natural son los combustibles fósiles que utilizamos para generar electricidad o manejar un automóvil.

Dentro de los carbones, la hulla fue desde la Edad Media el combustible más utilizado. La hulla es el resultado de la acumulación en el fondo de lagos o pantanos de grandes cantidades de restos de plantas, principalmente de los prehistóricos helechos.

Bajo la superficie del agua, dichos restos se descompusieron y quedaron sometidos al ataque de las bacterias; se desprendieron oxígeno e hidrógeno, con lo que se produjo un enriquecimiento aún mayor de carbono.

Poco a poco, fueron recubriendo de arcilla y arena, y el carbón formado constituyó capas claramente diferenciadas. Las capas de hulla se formaron, principalmente, en el carbonífero y en el pérmico, pero se encuentra igualmente carbón en los terrenos triásicos y jurásicos.

Los carbones más antiguos son los que aparecen en forma de antracita, que en ocasiones llega a contener un 98% de carbono puro, lo que le da un aspecto negro y un brillo metálico.



El carbono en estado puro también se puede encontrar, en forma de grafito, en las antiguas vetas de carbón. Pero en todas las variedades de hulla, el índice de carbono disminuye con la edad del cuerpo, siempre que el material no esté afectado por el calor del vulcanismo o, por ejemplo, comprimido por un plegamiento. Las formaciones más recientes de este tipo reciben el nombre de lignito, y su índice de carbono puede situarse entre el de la turba y el de la hulla.

El petróleo es una mezcla de diversos hidrocarburos; estos se formaron partiendo de sedimentos marinos orgánicos, los cuales, como consecuencia de un plegamiento o de cualquier otro fenómeno, se hundieron profundamente en la corteza terrestre, viéndose así sometidos a un intenso calentamiento que dio lugar a todo un proceso de destilación.



En determinados casos, el petróleo continúa en las capas en las que se formó (ciertas pizarras, por ejemplo), pero, generalmente, penetra por entre las fisuras de asiento rocoso denso, o por las microscópicas cavidades que hay entre las capas rocosas densas.

En el primer caso, cuando los fósiles continúan en las capas originarias, el petróleo está bajo presión y coexiste con productos volátiles procedentes de su destilación: el gas natural. Este gas natural se desprende del petróleo encerrado y llega a la superficie, a través de las fallas.



Conocer el origen de los combustibles no renovables nos da, una vez más, una idea de su futuro agotamiento. La explotación y uso de los combustibles fósiles no sólo contamina el medio ambiente, sino que únicamente representan una solución de mediano plazo para la sustentación de las actividades humanas.

http://espaciociencia.com/como-se-formaron-los-combustibles/

martes, 11 de enero de 2011

Un cúmulo estelar son posiblemente la relíquia de una galaxia enana que surgió con la Vía Láctea en sus comienzos.



Un cúmulo estelar es un conjunto de estrellas unidas gravitacionalmente. El número de estrellas que lo forman puede ir desde las 10.000 hasta más de un millón de estrellas. Las estrellas suelen tener la misma edad, formadas al mismo tiempo, de una misma nube de gas y polvo interestelar.

Lo que hace más interesante al cúmulo de estrellas Terzan 5, que está cerca del centro de nuestra galaxia, es que está partida en dos poblaciones diferenciadas en edad y composición. No es el primer cúmulo de estas características, porque los astrónomos ya han estudiado otro cúmulo estelar anómalo, el Omega Centauro, que tiene dos grupos distintos de estrellas, lo que sugiere que el cúmulo son los restos de una galaxia enana que se originó con la Vía Láctea. Omega Centauro alberga unos 10 millones de estrellas.

Estos descubrimientos ayudarán a los científicos a entender mejor el origen de nuestra galaxia, que tuvo lugar hace unos 13.700 millones de años. Como dice Francesco Ferraro, de la ESA, la historia de la Vía Láctea está encriptada por fragmentos antiquísimos, cúmulos estelares y otros sistemas de estrellas que han sido testigos de la evolución total de nuestra galaxia.

Según este mismo astrónomo, en el cúmulo Terzan 5 podemos encontrar estrellas de 12.000 años de antigüedad, pero también algunas de sólo 6 mil millones de años. Curiosamente, las más jóvenes tienen tres veces más hierro que las antiguas, elemento que proviene de explosiones de supernovas.
Los combustibles que usamos hoy en día para generar energía no son infinitos ni provienen de una fuente mágica. Como sabemos, no son fuentes renovables, sino el producto de millones de años de evolución química y geológica.


Los combustibles son fósiles, restos vegetales o animales de vidas pasadas. El carbón, el petróleo, y el gas natural son los combustibles fósiles que utilizamos para generar electricidad o manejar un automóvil.

Dentro de los carbones, la hulla fue desde la Edad Media el combustible más utilizado. La hulla es el resultado de la acumulación en el fondo de lagos o pantanos de grandes cantidades de restos de plantas, principalmente de los prehistóricos helechos.

Bajo la superficie del agua, dichos restos se descompusieron y quedaron sometidos al ataque de las bacterias; se desprendieron oxígeno e hidrógeno, con lo que se produjo un enriquecimiento aún mayor de carbono.

Poco a poco, fueron recubriendo de arcilla y arena, y el carbón formado constituyó capas claramente diferenciadas. Las capas de hulla se formaron, principalmente, en el carbonífero y en el pérmico, pero se encuentra igualmente carbón en los terrenos triásicos y jurásicos.

Los carbones más antiguos son los que aparecen en forma de antracita, que en ocasiones llega a contener un 98% de carbono puro, lo que le da un aspecto negro y un brillo metálico.



El carbono en estado puro también se puede encontrar, en forma de grafito, en las antiguas vetas de carbón. Pero en todas las variedades de hulla, el índice de carbono disminuye con la edad del cuerpo, siempre que el material no esté afectado por el calor del vulcanismo o, por ejemplo, comprimido por un plegamiento. Las formaciones más recientes de este tipo reciben el nombre de lignito, y su índice de carbono puede situarse entre el de la turba y el de la hulla.

El petróleo es una mezcla de diversos hidrocarburos; estos se formaron partiendo de sedimentos marinos orgánicos, los cuales, como consecuencia de un plegamiento o de cualquier otro fenómeno, se hundieron profundamente en la corteza terrestre, viéndose así sometidos a un intenso calentamiento que dio lugar a todo un proceso de destilación.



En determinados casos, el petróleo continúa en las capas en las que se formó (ciertas pizarras, por ejemplo), pero, generalmente, penetra por entre las fisuras de asiento rocoso denso, o por las microscópicas cavidades que hay entre las capas rocosas densas.

En el primer caso, cuando los fósiles continúan en las capas originarias, el petróleo está bajo presión y coexiste con productos volátiles procedentes de su destilación: el gas natural. Este gas natural se desprende del petróleo encerrado y llega a la superficie, a través de las fallas.




Conocer el origen de los combustibles no renovables nos da, una vez más, una idea de su futuro agotamiento. La explotación y uso de los combustibles fósiles no sólo contamina el medio ambiente, sino que únicamente representan una solución de mediano plazo para la sustentación de las actividades humanas.

Primer hueso de Tiranosaurio hallado en el Hemisferio Sur

Hay que admitir que como habitante del Hemisferio Sur, uno a veces se sentía un tanto decepcionado al escuchar por primera vez que el dinosaurio más famoso del mundo era exclusivamente oriundo de la actual Norteamérica.





El Tiranosaurio quizá no haya sido el carnívoro más grande, inteligente, o letal que haya pisado el planeta Tierra, pero seguramente es uno de los pocos dinosaurios que provocó en muchos aficionados y profesionales aquél interés inicial hacia el vasto universo de la paleontología.

En el día de ayer, los norteamericanos dejaron de tener el privilegio de imaginarse a semejante criatura caminando por el mismo suelo que hoy pisan. Un grupo de paleontólogos de Cambridge, Londres, y Melbourne afirmaron haber encontrado un hueso de la cadera de un tiranosaurio ancestro del T-Rex en el yacimiento Dinosaur Cove de Victoria, en Australia. Los científicos publicaron su estudio en la publicación de esta semana de la revista Science.

“El hueso es sin dudas identificable como de tiranosaurio porque los huesos de la cadera de estos dinosaurios eran muy distintivos”, dice Roger Benson, científico de la Universidad de Cambridge. Y es verdad, no hace falta ser un paleontólogo para recordar esa particular cadera propia de los tiranosaurios.

Este tiranosuario, sin embargo, sería mucho más pequeño que el famoso Tiranosaurio Rex. Catalogado como NMV P186069, este dinosaurio tendría 3 metros de largo y un peso de 80 kilogramos, comparados con los 12 metros y 4 toneladas del T-Rex. La visible similitud entre ambos correspondería a la presencia de una cabeza de gran tamaño y un par de pequeños brazos.


Por otro lado, mientras que el Tiranosuario Rex vivió tardíamente en el período Cretácico hace 70 millones de años, el NMV P186069 lo hizo hace 110 millones de años, cuando los continentes de América del Sur, la Antártida, África y Oceanía formaban un único territorio continental. Es por eso que no sería sorprendente encontrar restos del mismo dinosaurio en Sudamérica o África.